viernes, 27 de marzo de 2015

Koh Phanghan: mi tierra de las "primeras veces"

Me encanta llamarla así porque en esta isla me di permiso de hacer muchas cosas por primera vez!!! Algunas que comparto aquí... otras que se quedarán conmigo... Pero lo cierto es que en Koh Phanghan viví los meses más intensos de mi vida... hasta ahora...

Esta es una isla ubicada en el sur del Golfo de Tailandia, conocida por su famosa "Full Moon Party" ("Fiesta de la Luna Llena"), que tiene lugar todos los meses en la playa Haad Rin. Sin embargo, este tipo de fiestas no son más de mi interés, así que me fui a vivir al lado opuesto, donde la comunidad de Yoga es bastante amplia.

Allí, en Srithanu, pasé mis días practicando Ashtanga Yoga y dando clases de Hatha. Pero también descubriendo nuevas facetas en mí... Poco a poco fui quitando capas, tal como se pela una cebolla... -hasta con lágrimas incluidas algunas veces...- olvidándome del qué dirán y sólo siendo fiel a mi corazón...

Así, con esta nueva resolución, aprendí a manejar scooter, lo que me permitió recorrer gran parte de la isla y admirar sus playas de arena blanca y aguas azules, sus magníficos atardeceres y recorrer el mercado callejero de Thong Sala los sábados por la tarde.

También aquí ¡jugué a ser modelo!! Recuerdo que a mis 14 años me inscribí en un curso de modelaje, creo que -como buena adolescente- tenía una idea muy romántica de este mundo... pero, está claro que mi camino ¡no era ese! De todas formas, en Koh Phanghan acepté la invitación de una hermosa fotógrafa, me desentendí de los estereotipos y disfruté miles las cuantas sesiones fotográficas que hicimos. No sé si alguien le comprará mis fotos algún día, pero al menos a mí me queda una maravillosa sensación de desenfado y libertad.

Disfrutando del amor del lente fotográfico

Samma Karuna, por su parte, ¡me abrió el corazón! Esta pequeña escuela me dio la oportunidad de ser de su familia. Aquí no solo di clases de Yoga y enseñé talleres de Reiki... aquí bailé, salté, reí, amé, lloré, medité, volví a bailar, reír, amar y llorar. Aquí conocí a personas maravillosas de todas partes del mundo que llenaron mi alma de amor puro y sincero, de abrazos fuertes y eternos, de recuerdos que se tatuaron en mi alma. Por primera vez sentí verdadero amor y conexión por personas completamente desconocidas mientras bailábamos en una clase de "Therapy Dance" (Baile Terapéutico). Aquí medité sobre lo que llamo ´mis dos vidas en esta vida´, y por primera vez las lágrimas limpiaron la oscuridad de mi alma y agradecí profundamente el regalo de la nueva luz. (Definitivamente, Samma Karuna es un capítulo aparte, así que le dedicaré el tiempo que se merece en otra entrada...)

Estudiantes de Samma Karuna rendidos en Savasana

De mis lugares favoritos en la isla -además de los exuberantes paisajes y cálidas playas, ¡por supuesto!- debo decir que "The Dome" (El Domo), "Phanghan Cove" y "Art Cafe" eran mis escondites... Cada uno de estos lugares me ofrecía refugios distintos. The Dome es un pequeño baño de vapor donde unas 10-15 personas se sientan en la oscuridad a respirar los aceites de hierbas curativas, conversar, ¡sudar!, e incluso cantar. ¡Este lugar es mágico! mientras se está sudando a mares dentro, afuera te espera una fogata a la luz de las estrellas, sandía fresca, agua y té. Pasar las noches en este ritual era simplemente un regalo a los sentidos.... Aquí, las personas salen del Domo a ducharse para refrescar el cuerpo antes de unirse a la fogata; la mayoría están desnudas y a nadie le importa un bledo... ¡así que a mí tampoco me importó! Desnuda, al lado de quien fuera, me duché mientras conversábamos como quien espera en la fila del supermercado... ¡qué sensación de libertad!

"Phanghan Cove", íntimo y hermoso lugar para besar estrellas, compartir con amigos y comer delicioso

"Art Cafe", mi refugio para leer, escribir y estar conmigo. Aquí tomé decisiones muy difíciles pero necesarias; me deleité con queque vegano de chocolate y probé el Kefir por primera vez

En Koh Phanghan también ¡hice snorkeling por primera vez!... quienes me conocen bien saben que le tengo fobia a los tiburones, por lo que el mar y yo solo nos relacionamos hasta las rodillas... así que esta aventura la menciono porque fue toda una hazaña para mí... ¡Me encantó! aunque reconozco que tal si fuera una niña de 5 años, solo lo logré porque una amistad me llevó de la mano todo el tiempo... no importa, superé mi taquicardia, calmé mi respiración, dejé de ver monstruos marinos en las piedras y disfruté observando el fondo de mi temido mar...

Por primera vez, hice muchas cosas en esta burbuja maravillosa, aventuras y experiencias que vivirán en mi alma, en mi piel, en mis sentidos y en mis recuerdos. Koh Phanghan me robó el corazón, lo curó, lo limpió, lo besó, lo abrazó, lo rearmó y me lo devolvió... más sano, más fuerte, más seguro, más grande.... Espero algún día reencontrarme con este amante natural, con esta escuela de vida, con este extraño pero cálido hogar. Mientras tanto, seguiré atesorando "mis primeras veces"...

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