miércoles, 12 de octubre de 2016

Goa Norte - Una experiencia diferente!

Llevo viviendo en India casi tres años, alternando mi estadía entre Goa -una provincia al sur de India- y algunos otros lugares de Europa y América. Sin embargo, y a pesar de lo que mucha gente cree, conozco muy poco de India, ya que paso la mayor parte del tiempo en el sur de Goa; aprendiendo, enseñando y compartiendo en el mundo del yoga.

Así que antes de terminar la temporada anterior decidí explorar un poco y acepté la invitación de Angela, una chica española, casada con un indio (sí, indio; no hindú!! Sé su nacionalidad, no su religión!), y radicada en el norte de Goa donde tiene un precioso centro para hacer retreats, o simplemente para ir a descansar frente a la belleza que ofrecen las playas de esta parte del mundo.

Dos de mis amigas más cercanas aquí y yo empacamos tres cosas en nuestras mochilas, tomamos un taxi y emprendimos un viaje de unas tres horas. Solo teníamos un fin de semana para disfrutar de esta escapada, así que quisimos aprovechar el tiempo al máximo. El taxi nos cobró 6,000 rupies (US$90 - 50mil colones), lo cual es bastante económico ya que recorrimos una distancia de unos 90km, con aire acondicionado, lo que en mayo -con una temperatura que llega a los 42 grados C y con una humedad del 70% -es un asunto de vida o muerte!

Al llegar a Anahata Retreat Center nos esperaba, no solo una vista espectacular sino también una deliciosa y nutritiva cena, que empezó con una ensalada de arúgula y queso feta (ambos productos quizá cotidianos en la dieta de muchos países, pero aquí son todo un delicatessen!!!), y para terminar nos mimaron con su versión de canoli: tostado y crujiente por fuera, lleno de fruta caliente por dentro, servido con helado de vainilla!!!! Toda una exquisitez!

La vista desde mi habitación

El atardecer llegó cargado de colores y música, pues las chicas querían aprender a bailar salsa, así que Angela y yo les dimos algunas clases!

Comenzamos la noche sentadas en la terraza, frente a un mar calmo, una noche negra como el ébano pero iluminada con los rayos de la luna, y una copa de vino tinto... charlando sobre la vida, el amor, los hombres, el futuro, las estrellas y cuanta conversación pueda generar el vino en un grupo de mujeres libres, dueñas de su vida y felices....

¡Costa Rica y España enseñándole a bailar salsa a Bulgaria!

Tremendo espectáculo nos dio el atardecer

Luego, tomamos un taxi hacia el centro del pueblo, donde la vida social estaba en su máximo esplendor. Cenamos en un restaurante japonés y al terminar nos fuimos con la intención de ir a la disco "de moda" a bailar salsa!! Sí, también en India les gusta nuestra música!!! Pero no pudimos entrar... uno de los chicos que nos acompañaba iba en sandalias (como todas nosotras) y al parecer el "código de vestimenta" del lugar no lo permitía.... Esto realmente nos hizo reír por horas!!!
A ver, India es un país donde para entrar a cualquier lugar HAY que quitarse los zapatos; además, Goa no es una ciudad, a duras penas es un pueblo, y en los pueblecitos playeros, con suerte se tiene un par de sandalias baratas que se despedazan a las pocas semanas, gracias al uso diario en medio de las polvorientas calles y caminos. Así que, tener un "código de vestimenta" que pida zapatos es casi una demencia... En fin, nos quedamos con las ganas de mover las caderas al ritmo del son latino, y terminamos en un "lounge" muy agringado para mi gusto, PERO amé ver a los indios tratando de hacer sus coreografías "bollywoodenses" al ritmo de YMCA, o Material Girl... ¡eso hizo mi noche!

Al cabo de unas horas, Angela y su esposo nos llevaron a Thalassa, el mejor restaurante griego de la zona; no para comer otra vez, sino para bailar (a fin de cuentas era nuestra idea original ¿no?). Ese fue el mejor broche de oro que hubiera podido pedir!!!! La alegría de los griegos no se hizo esperar, y al sonar su tradicional syrtaki se tiraron a pista; todos bailamos, cantamos, y quebramos platos! Ya con este tono, la noche se extendió hasta bien entrada la madrugada, y solo el cierre del local nos obligó a regresar al hotel.

La mañana siguiente fue el escenario perfecto para una larga caminata sobre la suave arena de la playa, que nos llevó a descubrir un pequeño hotel donde servían café Lavazza! (y aunque es la marca de un café italiano, aquí es sinónimo de café preparado en máquina de espresso, lo cual es otro delicatessen!!!)

Playa Ashwen, justo frente a nuestro hotel

Nada mejor que un café y esta vista para alegrar el alma!

Luego vino el esperado baño de sol, acompañado de un lassi! -y no, lassi no es un perro... es una tradicional bebida india hecha a base de yogurt, que se toma salada, dulce o mezclada con alguna fruta, y es súper refrescante!

El almuerzo llego cargado de ensaladas de hojas verdes -cosa que no tenemos en el sur de Goa-, frutos secos, quesos importados y más charlas frente al mar...

Al atardecer, llegó la hora de tomar el camino al sur. Con el corazón agradecido, el alma rebosante y los pies hinchados, volvimos a casa pero una parte de nosotras se quedó nadando en las aguas del Norte... Volveremos! Sí que volveremos!

Mis cómplices: Irena & Joanna

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